Como los errores son inevitables, alguien podría creer
que soy un hombre parado en esta aula
frente a todos ustedes. Pero en una hora, digamos,
eso se habrá corregido, por mi gracia y por la suya,
y el lugar quedará de nuevo en poder de las partículas elementales,
libres de la rigidez de una forma humana concreta o de cierto tipo
de asamblea. Algunas partículas todavía son libres. No todo es polvo.
Así las cosas, mi falta de predisposición para reconocer
que soy yo quien está ahora aquí ante ustedes, o exactamente
lo contrario, tiene menos que ver con mi modestia o solipsismo
que con mi respeto por el futuro inmediato de la habitación,
por esas partículas que flotan libres como antes mencionara,
posándose sobre la superficie lustrosa de mi cerebro.
Inaccesibles para el trapo húmedo ansioso por eliminarlas.
Lo más interesante del vacío
es que se encuentra precedido por lo lleno.
Los primeros que así lo entendieron fueron, creo,
los dioses griegos, cuyo fuerte era justamente su ausencia.
Piensen, entonces, que ensayan para el bis divino
y que mi actuación se ofrece, claro está, para la galería.
Todos nuestros actos son por vanidad. Pero estoy apurado.
Una vez conocido el futuro, es posible adelantarlo.
Así lo hacen las esculturas y los muebles de mi casa.
La humildad no es una virtud sino una necesidad
que se reconoce sobre todo cuando cae la noche.
Si bien es cierto que, desde el punto de vista numérico,
es más fácil no ser yo que no ser ustedes. Como le confesó
el cisne al lago: no me gusto. Pero sos bienvenido a mi reflejo.
(Versión de Daniela Camozzi y Walter Cassara.)
and the place will be reclaimed by elemental particles/free from the rigidity of a particular human shape/or type of assembly. Some particles are still free. It’s not all dust.