Cuando tus llagas ya no cicatricen
vendrás a mí con las palmas abiertas,
los dedos ensangrentados
de tanto coser y coser ese vestido gris
que combinaba tan bien con la estola
y el broche de perlas.
Pero esas manos no dejan de supurar:
qué bálsamo salvaría tu piel, tus yemas,
la fina línea de tu vida.
De la serie Cama caliente
qué lindos tus poemas. Quiero leer más de la serie <>cama caliente! <> me gusta ese lenguaje tan crudo, tajante.
Había hojeado tu libro en la feria, creo que te comenté por msn 🙂
Un beso!
Me gustaMe gusta
Hola, Ayelén:
Pronto aparecerá la serie completa en una revista de Internet, con un breve texto introductorio… Gracias por tus palabras, beso grande, Daniela
Me gustaMe gusta