Así debería ser el dios
de las estaciones:
escansión pura,
lágrima dorada.
Pura como la dicha
del pasto cobrizo
y el musgo perenne.
Dorada como el rubor
en tu risa, o el tornasol
frío de tus ojos.
Así debería ser el dios
de las estaciones:
escansión pura,
lágrima dorada.
Pura como la dicha
del pasto cobrizo
y el musgo perenne.
Dorada como el rubor
en tu risa, o el tornasol
frío de tus ojos.