…procuraba soledad para rezar mis devociones…
Santa Teresa de Jesús
tu voz construyó un imperio,
tus ojos de fuego
calcinaron lo superfluo,
y en la obstinación de obrar
aquello más perfecto
quedaste desnuda,
inmaculada,
con las palmas abiertas
tu voz construyó un imperio,
tus ojos de fuego
calcinaron lo superfluo,
y en la obstinación de obrar
aquello más perfecto
quedaste desnuda,
inmaculada,
con las palmas abiertas