«Cuando se edita un libro como este hay que decir que la tarea literaria más importante, la más oculta, la más elaborada y también la menos celebrada es la del traductor literario, y mucho más la del traductor de poesía. Para realizar ese arduo trabajo hace falta conocer, claro, la lengua original del corpus y mejor aún la lengua a la que se traslada: Camozzi y Cassara se dejaron seducir por los poemas de J.B. y los trasladaron de una manera atenta y consistente. Alejada del acartonado molde de las antiguas traducciones de principio de siglo pasado (acartonamiento que duró hasta la segunda mitad) y por primera vez, cercana, frágil, esta edición es fiel a la imagen del poeta, y a aquello que Brodsky creía que era la poesía. Un buen ejercicio (un ejercicio definitivo) es comparar la edición de Huesos de Jibia con otras, de Visor, de Siruela, o de Galaxia Gutenberg: algunas inspiran risa; otras, se hunden en galleguismos; otras, proceden literalmente como aparatos, como electrodomésticos entrenados para la traducción.»
La reseña completa de Juan Manuel Pérez, aquí: http://elinterpretador.wordpress.com/2011/08/02/volve-brodsky-volve/#more-1155