mientras mis jóvenes compañeros de la scalabrini festejaban ayer bailando y cantando y agitando las banderas, yo los miraba desde la base de la pirámide y, aunque mi cuerpo apenas se movía, también bailaba con su misma felicidad . las lágrimas querían salir pero no las dejé . las empujé para adentro y me concentré en grabar con los ojos todo lo que pasaba: los besos, los abrazos, la alegría . recortada nítidamente en el cielo de la noche, la pirámide brillaba . serían los reflectores, o su pintura blanquísima, no sé . yo creo que era otro brillo . uno que estaba en la plaza, en todos allí, y que ella recibía
en memoria de fernando benítez. su luz brilló también ayer en la plaza