viaje . in memoriam f.b.

casi siempre la ciudad

es oscura y brutal

pero cuando vos y yo

la recorremos a pie

o en un convoy

fuera de sí

el cielo brilla magenta

y los semáforos

se sincronizan

con nuestro pulso,

un metrónomo tan exacto

que todo se detiene.

y nos quedamos flotando

como esas gotitas

de aliento en el aire

en la serie de ciencia ficción

que tanto te gustaba.

piadosamente congelados

antes de que el mundo

se termine.

2 comentarios

  1. Nunca hay piedad en la muerte pero muy bien lo expresàs en èste bellìsimo poema… quedaron piadosamente congelados en la vida y eso nadie pero nadie lo puede arrebatar.
    Què maravilla el amor, los afectos! Es un poema perfecto!
    Algunos se pierden ese capìtulo, vos no, vos no, ese capìtulo lo viste sin ningùn lugar a dudas.

    Me gusta

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