Si es que fuera a vivir
mi vida como un bagre
con su armazón de escamas y bigotes
en el fondo de un estanque
y llegaras aquí y ya fuera
de noche
y la luna brillara
sobre mi hogar oscuro
con vos ahí en el borde
de mi cariño
y vos pensaras: «Es hermoso
estar acá junto al estanque. Si
tan solo alguien me quisiera».
Yo te querría, sería tu amigo
bagre y alejaría esos pensamientos
de tu mente y ya no estarías tan triste
y de pronto te sentirías
en paz,
y te preguntarías: «¿Será que hay
bagres en este estanque?
Me parece un lugar
perfecto para ellos”.