independencia

Si la procreación es algo tan importante, no es posible que el acto que es su condición sine qua non no sea más que un accidente lamentable, y que este acto no posea por el contrario un carácter sagrado proporcionado a la importancia y a la santidad de la procreación misma. Y si es posible -como hacen los teólogos- aislar la procreación del acto sexual acentuando sólo aquélla, debe ser posible igualmente aislar el acto sexual de la procreación acentuando sólo dicho acto, conforme a su propia naturaleza y a su contexto inmediato. Esto quiere decir que el amor posee una cualidad que lo hace independiente de su aspecto puramente biológico y social, como lo prueba por otra parte su simbolismo teológico y místico. Se puede procrear sin amar y se puede amar sin procrear; el amor de Jacob por Raquel no pierde su sentido por el hecho de que Raquel fuese durante largo tiempo estéril, y el Cantar de los Cantares no intenta justificarse mediante ninguna consideración demográfica.

Fragmento de El problema de la sexualidad, de Frithjof Schuon, la imagen es un detalle de su cuadro El sol de plumas.

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